¡Hola! ¿Cómo están? Hoy vengo con el primer “Hablemos de” para este 2024 con una bilogía que terminé hace poco y que tenía hace bastante tiempo en el librero; sin embargo, nunca se había dado la oportunidad ni yo tenía las ganas de empezar con ella. Les hablo de Reino de sombras de Sophie Jordan, novelas que podríamos decir que es de fantasía por el mundo en el que se ubica y la atmósfera en la que se inserta, pero que no tiene el componente de poderes que habitualmente le da el tono fantástico.
Independiente de ello, la serie está compuesta por Reino de sombras y Reina de fuego, dos libros que no son muy largos y tienen un foco más bien romántico con líneas políticas que más adelante se van desarrollando.
En general me gustó, lo pasé bastante bien leyéndolo y me sorprendió que lo disfrutara siendo que provienen de esa época del 2017 que a esta Val de 24 años ya no le llaman tanto la atención. Pero bueno, con Reino de sombras nos vuelven a demostrar que los libros no tienen una época, una fecha o una moda, y todas esas razones las veremos a continuación.
No le temía a la muerte. Era la posibilidad de morir habiendo hecho tan poco en la vida. Una larga secuencia de días pasados encerrada en una torre.
Partimos la serie con Reino de sombras, un libro que nos lleva al reino de Relhok. Allí conoceremos a Luna, una chica que ha pasado su vida en una torre convertida en refugio en un mundo donde un eclipse devoró toda la luz y lo volvió el hogar de unas bestias que envenenan y despedazan a los que se atreven a salir al exterior.
Sin embargo, para Luna hay una segunda amenaza. Ella es la princesa del reino, la verdadera heredera al trono que tuvo que ser rescatada luego de que el canciller y actual gobernante asesinará a sus padres. Ha crecido con las historias y la protección de aquellos que la salvaron, pero no puede evitar querer algo más. Y esa oportunidad viene de la mano de Fowler, un joven arquero muy habilidoso que es rescatado por Luna mientras huían de los moradores -las bestias de las que hablaba antes.
Aunque los planes de cada uno tienen carriles separados, el edicto del rey de asesinar a las muchachas del reino para evitar que Luna reclame el trono, obliga a nuestra protagonista a salir de su torre con Fowler y que juntos emprendan un viaje hacia un destino donde los moradores no son una amenaza, pero que también pondrá de manifiesto la situación en la que vive el reino, los sentimientos de Luna y Fowler, además de los verdaderos orígenes de cada uno.
Así, considerando estos detalles hay dos cosas que podemos sacar casi de inmediato. Estamos frente a un retelling de Rapunzel y una historia enfocada en el romance y el desarrollo de ambos protagonistas que son los narradores de los capítulos alternándose entre uno y otro. Fue un camino más obvio, para la cantidad de elementos que tenía para explotar. Uno de ellos es el mundo. Pensar en un reino asolado por la oscuridad, donde el exterior es una verdadera amenaza y te veas obligado a confiar en tus otros sentidos me pareció una idea brillante, pero que no se cubre del todo en estos libros.
Lo que sí, como les comentaba es el romance. Algo que si bien parte desde una atracción por personalidades y apariencias, rozando el instalove, se va desarrollando y construyendo capítulo a capítulo.
Respecto a los personajes, en Reino de sombras la autora da representación a las personas que tienen una discapacidad visual a través de Luna, y se vale de los sentidos restantes (oído, olfato, tacto) para que los capítulos narrados desde su perspectiva resultaran una verdadera experiencia sensorial.
A esto lo complementaba con los capítulos de Fowler donde se manifestaban unos pasajes descriptivos que tuve que destacar por el manejo del lenguaje de la autora (entiendo que hay un componente de traducción, pero un detalle). Hay imágenes que se construyen en la narrativa que realmente están muy bien retratadas y que fueron un deleite para mi imaginación.
En general, Reino de sombras es una introducción que ofrece todos estos elementos y permite que esta sea una lectura muy liviana y con una serie de revelaciones hacia el final que podrían ser predecibles. Quizás sí lo son, pero estaba tan inmersa en la historia, por vivir el segundo que mi mente no tuvo tiempo de planificar o teorizar, solo vivió y eso me causó muchas sorpresas de boca abierta, sobre todo el último que me obligó inmediatamente a tomar el segundo y último libro: Reina de fuego.
Si tú no me conoces, nadie me conoce. Y ahora eso es importante. Alguien tiene que conocerme o, de lo contrario, es como si ni siquiera estuviera aquí. Como si no existiera.
Reina de fuego fue mi libro favorito de la bilogía. Creo que todo lo que se guardó y el hecho de qué ya tuviéramos todo el contexto detrás, permitió que se pudiera trabajar libremente en una narrativa más política, también más tensa y de estrategia. Al situarse en otro reino con otras prácticas y un par de personajes nuevos -ya que los protagonistas acaban en un reino vecino como “invitados”- se podría haber explotado estas incorporaciones, pero al menos permitió observar el peso político de Luna y Fowler.
El libro tiene muchas escenas de acción, diría que más que el anterior y también con más escenarios donde Luna sobresale. A grandes rasgos, considero que Reina de fuego permite observar el crecimiento de Luna como luchadora en el plano físico mientras que el de Fowler se da en un plano más emocional. Hay, entonces, una estructura muy clara y directa que tiene claro cómo llegar a esos puntos.
Sin embargo, y a pesar de que íbamos muy bien, el final del segundo libro -y en consecuencia de la bilogía- me dejó desconectada jj. Al margen de que quedara un poco abierto, hay un hecho que da vuelta el juego pero que no tiene sentido o explicación alguna, pasa porque sí y borra cualquier preocupación. Es un final al que le faltaron capítulos ante la inmensidad de lo que ocurre, que deja preguntas por estos personajes nuevos y trae de regreso a los más antiguos de la nada. ¿Será porque buscaban darle una conclusión a lo cuento de hadas? Lo desconozco, pero eso quedó al debe para que fuera una historia más.
No obstante, me quedo con el mensaje que nos deja el libro: vivir. Llevar una vida de la que cuando llegue tu último momento pienses que efectivamente la viviste con sus miedos y sus sorpresas. Eso es lo bonito de leer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario