Desear a un duque
Libro 1 | 400 páginas | Romance histórico
Lady Dorothea Beaumont ha tenido más que suficiente con las intrigas de su familia; se niega a seguir intentando atrapar a un duque y buscará cobijo en la finca irlandesa de su tía, donde espera disfrutar de una vida tranquila y libre de las restricciones sociales de la alta sociedad londinense. Pero un duque arrogante y pecaminosamente guapo arruinará sus planes...
Dalton, duque de Osborne, nunca ha tenido intenciones serias hacia una debutante y sus coqueteos son una mera distracción; lo que le consume es el deseo de venganza, que solo se verá saciado al encontrar al hombre que destruyó a su familia. Cuando esta búsqueda lo lleva a Irlanda, lo último que necesita es cruzarse Thea, que después de haberse perdido, le exige que la acompañe a la finca de su tía.Dalton accede, pero el camino está plagado de peligrosos imprevistos, aunque el mayor de todos podría ser descubrir que tiene un corazón y que corre el riesgo de perderlo.
Libros: Conquistar a un duque | Desear a un duque | Blame It on the Duke
Opinión
Los romances históricos llegaron para quedarse, y Lenora Bell ha publicado varios que nos trae esa chispa de humor, coqueteo y romance entre carruajes, vestidos y bailes. El año pasado tuve la oportunidad de leer Conquistar a un duque, un libro que me gustó bastante y que me dejó esperando la segunda parte protagonizada por mis personajes favoritos. Finalmente, pude continuar con esta serie y hoy les traigo la reseña de Desear a un duque de Lenora Bell.
En esta vida, hay cosas por las que vale la pena correr cualquier riesgo y pagar cualquier precio.
Por años, lady Dorothea -Thea- ha fallado a la hora de conseguir marido durante las temporadas sociales y no tiene problema con ello. Lo que menos quiere es casarse sin amor, y anhela su independencia lejos de la fuerza opresora que es su familia. Solo tiene que sobrevivir a una última temporada antes de conseguir, aunque sí necesita algo de su estadía en Londres: una autorización del duque de Osborne, Dalton, para ver unos cuadros.
Y así es como Desear a un duque se transforma en romance que se desarrolla durante un viaje, con el cliché de “sólo una cama” y “eres demasiado buena para mí” en su versión de la época de la regencia. Elementos que habitualmente me gustan cuando vemos este tipo de historia, pero que aquí se hizo innecesariamente larga.
En Desear a un duque, partimos de lleno con la interacción de sus protagonistas, pero a medida que vamos avanzando en la lectura, la historia se va dando vueltas en demasiadas tramas que no logran desarrollarse bien o completas, preguntándonos que tan necesarias eran mencionarlas en primer lugar.
Esto afectó cómo percibí la relación y lo que buscaban los personajes en cuanto a su desarrollo. Al comienzo ambos tenían ciertos objetivos por los que estaban trabajando, pero estos se enredaban con estas otras subtramas que nos hacían perderlos de vistas, hasta que volvían de pronto con su resultado.
Durante las primeras páginas estaba disfrutando mucho de la interacción de los personajes, ya que era todo este escenario previo, pero luego fui perdiendo esa emoción -al menos con los protagonistas-, y muchas de las escenas las sentí como un alargue para darle tensión para luego darle prisa a todo lo que ocurría.
La hoja afilada de un enemigo. Un momento de debilidad en un carruaje. Eran exactamente lo mismo. Y ambas dejaban cicatrices a la vista.
Pero al margen del curso que toma la historia, lo que me hizo disfrutar de la lectura y avanzar fueron los personajes. Lo mejor que hay en Desear a un duque son las interacciones entre ellos, especialmente con los secundarios.
Por una parte tenemos a Dalton, alguien a quien amé en el primer libro con su su forma de ser en el primer libro. Por supuesto, al ser esta su historia, veremos aquello que lo atormenta, las máscaras bajo las que se oculta y aunque puedo entender el por qué, no me resultó del todo creíble. Pero su relación con el resto del elenco fue algo estupendo. Por ejemplo, con su osado mayordomo, esos diálogos y los momentos compartidos fueron muy buenos, consiguiendo que realmente los disfrutara.
En el otro punto, tenemos a Thea. Por lo general es del modelo de protagonista que disfruto leer en estas historias. Adelantadas para la época en la que se sitúa y dispuesta a conocerse. Me gustó mucho leer su perspectiva y su abrir de ojos, aunque me faltó un poco de páginas para sentirlo más completo, lineal y 100% verosímil.
Pero de nuevo, la forma de relacionarse con los personajes secundarios es lo mejor. Y ahí se encuentra la habilidad de Lenora Bell, como estas personas que no son el centro, se lo roban, haciéndonos desear leer sus propias historia.
Considerando todo esto, el ritmo es muy liviano y hacia el final tengo que reconocer que hubo un giro que jamás vi venir y me vino a despabilar de lo que fue el libro hacia atrás. El final nos recuerdas las vibras que transmitía Conquistar a un duque y parte de lo que le da nombre a la trilogía. Lo que realmente me gusta y llama la atención de estos libros de época, dejándome con ganas de conocer la historia del siguiente duque.
Desear a un duque es una segunda parte que decae en relación a la trama que se teje, afectando la relación amorosa entre los protagonistas. Sin embargo, la destreza de Lenora Bell para presentarnos personajes interesantes y entrañables -especialmente secundarios- mantiene viva la historia y marca la pauta para el último libro de esta serie escandalosa y nobiliaria.
Valoración
★★★✩✩
¡Muchas gracias a la editorial por el ejemplar!
Ya sólo queda un libro para finalizar la trilogía y estoy muy contenta que la editorial se haya lanzado por esta serie. Aunque mis expectativas jugaron en contra por el cariño que le tenía a los protagonistas, quiero seguir con la última parte y amarla como lo hice con el primero. Esperemos que no tarde en llegar a Chile y así traerles mi opinión. ¿Les gusta el romance de época?
¡Les leo!
Vale.
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