Dresde
Autoconclusivo| Sinclair McKlay | 416 pág
La historia de uno de los bombardeos más famosos de la historia, contada a partir de las voces de quienes los sufrieron, en su 75 aniversario.
En los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, los aliados destruyeron la llamada «Florencia del Elba»: en una sola noche sobrevolaron Dresde 796 bombarderos, murieron veinticinco mil personas, muchas más quedarían profundamente traumatizadas y una magnífica ciudad quedó en ruinas. Sinclair McKay ofrece el relato minuto a minuto de aquella noche fatídica desde la perspectiva de sus habitantes. Nos muestra desde qué se proyectaba en las salas de cine hasta la porcelana que había en las repisas, y nos cuenta las muchas historias personales, nunca antes contadas, de habitantes, refugiados, trabajadores, niños, pilotos y prisioneros. McKay da vida a la ciudad antes y después de la tragedia, al tiempo que explora el rico contexto cultural.
Opinión
Hace un tiempo les comenté que los libros sobre la II Guerra Mundial me empezaron a llamar la atención y cuando vi Dresde en el catálogo, me interesó leer sobre este hecho que, para mí, era desconocido. Aunque por el tipo de libro, hay bastantes descripciones que se intercalan entre el pasado y el presente desde el punto de vista de las generaciones que estuvieron allí, algo que a veces puede ser demasiado, pero realmente son necesarias para el objetivo del autor.
"He de ahí la verdad macabra de Dresde: toda visión de belleza comporta la conciencia fugaz de una violencia terrible"
Este libro es de no ficción y como tal, la forma de abordarlo es distinta. Como libro de historia, la mayor parte de este se construye con una narrativa descriptiva que pretende hacer paralelos entre cómo se vivió el año del bombardeo por parte de los residentes de Dresde, y cómo fue recibida la orden del ataque aéreo.
De esta forma, el libro se divide en tres partes: la primera que pretende dar antecedentes previos al hecho, pero dentro de lo que fue la II Guerra Mundial, mostrando desde los agravios contra los artistas hasta cómo algunos profesores eran obligados a jurar lealtad, así como también la manera en que el régimen de Hitler era considerado casi como una normalidad para las generaciones más jóvenes de la época; la segunda parte es más directa y se concentra en lo que sucedió durante esas horas; y finalmente, en la tercera parte nos proyecta hacia el Dresde de hoy y cómo el bombardeo sigue sintiéndose a la fecha.
Así, hay un gran trabajo de investigación, ya que todo está documentado y queda claro la procedencia de los testimonios utilizados. El autor pretende mostrar lo sucedido a partir de un equilibrio, dando cuenta de las dos perspectivas del bombardeo de una de las primeras ciudades en cuadrarse con el partido Nazi.
El libro esta muy bien hecho y logra trasladar a esos momentos críticos. Fácilmente, las páginas permiten construir un relato visual de lo sucedido, donde somos testigos desde el aire y desde la tierra de cada momento, uno que -de acuerdo a lo que sé- no ha sido estudiado o percibido en su mayoría y que también es una parte importante de la historia que debiese ser considerada para la reflexión.
Creo que lo único que me faltó fue ver más de las personas con las que Sinclair McKay se guía para contar sus historias, algo más de diálogos que pudiera permitir un ritmo más dinámico y no tan cansino, que para los libros de esta índole, es algo que debe considerarse como pilar fundamental.
Dresde de Sinclair McKay es un libro que cumple los parámetros de lo que es una crónica histórica en el que describe un episodio de la II Guerra Mundial que muchas veces no se enseña. Una narrativa que insta a reflexionar sobre las razones que llevaron a la humanidad a llegar a lo más bajo, no obstante el ritmo puede entorpecer un tanto la lectura, pero definitivamente es ideal para quienes les interesa las historias de este periodo histórico.
Valoración
★★★★✩
Muchas gracias a la editorial por el ejemplar digital.
¿Ya había leído o escuchado sobre esto? ¿Qué otros libros sobre la II Guerra Mundial han leído?
¡Les leo!
Vale.
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